martes, 23 de diciembre de 2014

Olor a diente

Cuando uno vive en Argentina, basicamente en Buenos Aires, llega a un punto en el que uno juega a las escondidas con uno mismo. Llegar a la casa destrozado por la humedad, por el ruido, la gente que te empuja, las calzas multicolor, la amargura del tachero con olor a diente, la empleada del comercio que gana menos que la jubilacion de tu abuela que solia bailar en la milonga.

Y te ojea.

Llegas a tu casa y esta el puf, el sillon en L que es el que tiene esa estetica tan deprimente pero que hay que tener, para diferenciarse del tachero con olor a diente. Margen: el olor a diente es algo a mitad de camino entre la humedad, el mate y la vista de un slip marron color carne. La tiro una vez @catamarco deL Twitter y entendi 7 años de mi vida, olor a diente.

En fin, acabo de cambiar el titulo de esta verga por "Olor a diente", gracias Cata.

Entonces estábamos con el tema de llegar al depto cansado y trato de negar esa imagen aunque trate de escribirla, porque me fui y ya no pasa eso, de entrar a la casa con un pesa de cien mil kilos en las pestañas que tiran para abajo, pero con la sensación angustiante que no las podes patear, ni siquiera, para arriba. Un tren con locomotora fuerte que te emprolija para abajo, para que te quedes ahi. Ahi.

Podia y queria hablar de la cuestion que las encuestas dicen que todos votan por lo mismo y que eso no lo puedo entender. Pero en gran parte si. Hoy charlaba con dos venezolanas en EEUU y la charla sobre Chavez era mirar fijo y levantar las cejas como que no hay mucho mas que decir con lo que hizo, todo esta bastante claro, si se nombra a Maduro, ni se levantan las cejas, se baja la mirada y se sigue haciendo lo que se estaba haciendo, ellas empaquetando regalos para navidad y yo concentrandome en mi black label, que por otro lado tiene gusto a pis, como me enseño mi mejor amigo gringo que dice que es irlandes.

Escucho a los Turnpike Troubadours, una banda de country que salieron del pueblito donde vivo y hoy la rompen en los bares mas copes de Texas y pensaba en el olor a diente. Que espectacular imagen @catamarco, borracho hijo de puta, pero un poco encierra todo lo que es la ciudad, de donde sale todo hacia al resto de la Argentina que de tan expectante, es marginal. A la espera que las ratas de las cloacas que desembocan al Rio de la Plata definan el nuevo rumbo, que jamas es nuevo.

 Los Turnpike Troubadours cantan una cancion que en cada desayuno, el cantante, cuando era chiquito hacia apuestas con el hermano para ver cuando el padre empezaba a pegarle a la madre y un poco pienso en lo paralelo con casas no tan cowboys y esos chicos de Buenos Aires que no los salvan ni la salvacion que te da la libertad de estar absolutamente perdido en el mundo y tener que ir con el machete cortando las ramas de la vida para poder sobrevivir sin ayuda de  nadie.

Los chicos (grandes) de Buenos Aires, perdidos en la nebulosa de la piedad que da el confort de la calle asfaltada deberia dejarse enseñar por lo verde del interior, el que vive la misma tragedia, pero siempre tiene varias cuadras de tierra para correr, para rajar, en lugar de un mercado chino y una piramide de basura del restaurant de empanadas de carne "cortada a cuchillo" que obtiene el pibe (grande) de la ciudad.

Vos nene del interior, de 40 años o de menos o mas, no te escondas mas. Vos sos un conjunto de 25 millones que casi duplican a los 15 millones con olor a diente de la ciudad. Vos que te levantas a la mañana oliendo el paraiso o el jazmin de tu señora, levantate agarra la computadora de la piba y explicale al chico de la ciudad y su conurbano que esta destruyendo al pais, que la vida es levantarse a las 6 de la matina.

La hora de levantarse es a las 6 de matina.    

jueves, 11 de diciembre de 2014

Chau Greenpeace

Zapatillas de marcas imperialistas pisando testimonios de culturas milenarias en nombre de una bandera anticapitalista. Esta imagen del nuevo conflicto de Greenpeace remite a esta nota que escribí en septiembre de 2013 por la que muchos me auguraron el fin de mi futuro profesional http://opinion.infobae.com/nicolas-de-la-plaza/2013/11/19/la-b-de-greenpeace/ con mucho modestia tengo que decir que más allá de los insultos a Camila Speziale que seguramente no cayeron bien, el correlato comparando esta compañía eco-fascista con la comunidad de la película "La Playa" fue acertada. Porque las contradicciones de una y otra, insisto, son/fueron acertadas. 


En La Playa una suma de errores y distracciones destruyeron un negocio perfecto para esa comunidad, que consistía vivir una utopía ecologista y libre del infierno capitalista de trabajar 8 horas por día. A cambio, se mantenían alejados de las 2 hectáreas de marihuana de alguna mafia thai con el deber mandatorio de no publicar la existencia de tal comunidad a una avalancha de turistas post adolescentes de las playas del "continente". 

La comunidad era "buenista" esto es pacifista, con amor libre, descontaminada del mundo real, pero a la vez sufrida, ya que sus miembros solo viven para esperar la batería del Gameboy que llega desde la costa. Una prisión autoimpuesta para obligarse a vivir una vida libre de capitalismo que supuestamente es sana, pero penando por la libertad y placer que da un paquete de chocolates que proviene del averno occidental. 
Greenpeace es lo mismo, su negocio astronómico de recibir donaciones con consignas aleatorias para "captar boludos" (donantes y militantes) se basa en representaciones de circo que varían desde ejercer el delito de piratería contra un pozo de petróleo en Rusia, hasta sentarse en inodoros en Salta oponiéndose a que se extinga alguna especie que la naturaleza decidió que deje de existir. 

Lo que olvida, Greenpeace, es que los humanos formamos parte de la naturaleza y proponer que el humano no progrese, es poner una traba a la naturaleza. 

Los campesinos tienen derecho a existir ganándole a la selva, así como un oso hormiguero tiene derecho a existir haciendo genicidios de hormigas, devorando colonias enteras. Asi funciona la naturaleza y si el oso hormiguero se come todo, no queda nada y se extingue. Y esta bien, asi funciona todo en este planeta hace millones de años. Nosotros tambien nos vamos a extinguir, no hay un mandato divino para que existamos por siempre. Somos hormigas.  

Pero ayer Greenpeace dio un paso adelante en su lucha por mantener su negocio en contra el desarrollo humano, se metió con sus orígenes, con la prueba del pasado. Su target publicitario apuntó a usar a algunas de sus Camila Speziale que antes de cooptarlas, se cansaban de dormir angustiadas por tener que salir a pelear contra la naturaleza para sobrevivir (como el día a día del oso hormiguero) para ir a sentarse a un puff de la ONG y hacerle ojitos al chico que le gusta. Igual que el chico que llegaba a la comunidad en La Playa para controlar una huerta que no necesitaba riego. En definitiva, un chico o chica de 20 años solo hace lo que hace para gustarle al otro/otra que le gusta, el resto es solo un marco teórico para que cierre. Pero de laburar, ni hablar.

La ONG hace lo mismo, usa un marco teórico para en definitiva sustentar sus inversiones económicas, porque no es una organización secreta clandestina como en 12 Monos, es una compañia con acciónes invertidas en energías alternativas, que dependen del cuento que el mundo va a desaparecer por culpa de la acción de los gases de las vacas que comemos los carnívoros asesinos en cada asado. 

Pisotearon un testimonio de civilización humana en su lucha contra el ser humano y no se dieron cuenta que se estaban pisoteando a ellos mismos. 

Era hora que Greenpeace desaparezca.